lunes, 4 de julio de 2011

Si aquella tarde hubiéramos compartido esas risas, y nuestros recuerdos tuvieran la fragancia de la piña almizclada, quizás, sólo quizás, hubiéramos escapado de la rutina que nos encierra como cobayas en un experimento del que no saben qué consecuencias tendrán con ellas mismas, atemorizadas porque ellas no eligieron ese camino. Si de verdad fuéramos como siempre quisimos ser, esas princesitas con un gran vestido y muy poco cerebro que siempre son tan felices, no dudaríamos en sonreír para agradar. Pero como las dos somos más conscientes que alocadas cada mala decisión nos duele, porque obrar mal para nosotras es vergonzoso. Nosotras no quisimos ser tan responsables porque sabemos que la responsabilidad significa seguir un horario, decir que si a todo, no alzar la voz, comportarse bien… ¡nosotras somos jóvenes! Queremos reír y correr por los prados, salir de fiesta, hacer amigos, conocer el amor de cerca, saborear el dolor punzante del desamor y vivir, vivir experiencias propias de la ignorancia. Pero como no soy así, soy yo misma y a pesar de todo soy feliz de poder razonar como un adulto.
Estoy tumbada al sol viendo que ya me harte de luchar; que todos mis temores triunfaron sobre la esperanza, que la vida es bella para los demás y a mí me sigue costando respirar, me sigue doliendo no verte, me está costando demasiado no rendirme. A veces el camino más fácil no es el mejor a tomar, pero es el que antes llega a meta, el que antes te anuncia un final inminente.  Porque si me tumbo en la arena con la cara aplastada en la toalla, escuchando tu música con los cascos puestos y sin prestar atención a nada, será porque no me queda nada más por lo que batallar sin descanso, porque el sol, mi sol, ha ganado la guerra a esta muñequita de trapo que un día jugó a ser una soldadita capaz de algo.
Pero,  ¿y si es un día lluvioso y veo todo con otros ojos? Quiero tumbarme en la hierba mientras llueve, para así comprobar que toda el agua que te llega a la cara purifica y cambia la vista, hace sentirte libre y flotar dentro de las nubes. Que todo lo incómodo se cansó de luchar contra mi persistencia, que todo lo que hay que superar son prejuicios, que todo lo que hay que vivir no va a ser fácil, y lo que más nos gustará de eso es la propia dificultad, porque los retos están ahí para superarlos. Y porque todo, cada paso que doy en la vida merece ser aplaudido ya que no toda la gente puede seguir adelante.
Porque que el cielo brille o este muy nublado no quiere decir nada, mi mundo no es como el de los demás, porque mis problemas no vienen solos y la vida es muy extraña e imprevisible como para dar algo por sentado.
Y cuando dejan de volar los espíritus, y las lágrimas dejan de saber a sal yodada, ya no merece la pena llorar por un adiós derretido en la neblina.

domingo, 3 de julio de 2011

No puedo esperar más a que tu camino se cruce con el mío, porque la lluvia empaña los recuerdos, porque la niebla nos cierra los ojos. Porque tu tuviste tu oportunidad y dijiste -ahora no-, porque tomando el sol en la playa me susurraste un te quiero en media voz, porque me contemplaste brillar en mi propio sueño y circulamos en una carretera sin fin cuando nos azotaba el viento en la cara. Me dijiste adiós y mataste un quizás antes de que fuera realmente posible. Porque aquel día en el que me juraste amor eterno no fue más que una mala actuación de un buen actor, y no puedo esperarte más, porque cada segundo me consume más el alma y me deja menos tiempo para vivir un momento especial.  Porque yo no aguanto a la gente bipolar, porque me obligaste a olvidar nuestros recuerdos mutuos, para no tener que acordarte de mí nombre, porque tu significado del amor es distinto que el mío y has demostrado que no te cuesta olvidar como a mí. Lo peor de todo es que te quiero ahora más que el primer día.

lunes, 27 de junio de 2011

Y no quiero perturbar este momento jamás, quiero estar aquí para siempre, sin notar el paso  del tiempo. Quiero que sigamos tumbadas sobre la arena, mirando las estrellas, y riéndonos sin motivo aparente, solo por el mero hecho de ser jóvenes y alocadas.
Quiero perderme con ella en un mundo desconocido y que nos brille la piel si sonreímos, quiero que las nubes sean moradas y el cielo amarillo, quiero que las estrellas brillen de día, y el sol conviva con la luna.
Quiero un universo junto a ti, donde respirar no duela si me ayudas, donde podamos caminar sin miedo a caer, porque la otra nos sostiene. Quiero estar contigo más allá de las barreras del tiempo y las ataduras de la existencia, porque eres Mi Mitad.
Quiero tantas cosas... pero parece que el mundo se ha puesto en mi contra y no puedo con la carga de la pena, ya que mi confidente, mi amiga, mi mayor tesoro, se va y ninguna vamos a olvidar este picnic nocturno en el que tanto disfrutamos, porque jugando con las latas de coca cola y tirándonos cachitos de tortilla de patata, nos lo pasamos genial, conscientes de que nuestros caminos jamás se volverán a cruzar.

domingo, 26 de junio de 2011

Pacto con el diablo

¿Qué serías capaz de hacer por alargar tu vida un latido más? Solo por soñar tener otra oportunidad que antes de disfrutarla desaparece. Solo por notar cómo los pulmones se te llenan de aire, oír a la gente llorar a tu alrededor porque saben que llega tu fin, mirar los ojos que amas una fracción de segundo más. 
Yo por eso daría las posibles otras vidas que pueda haber, porque nada te garantiza que seas tan feliz como en esta

Mi final

 No presté mucha atención a la sombra oscura que era la muerte que venía para llevarme con ella, me fijé más en el ángel redentor que tenía a mi vera, contemplando con gesto resentido mi avance, que cada paso me alejaba un poco más de él, acercandóme a mi final. A mi entender, mi secuencia lógica era correcta; haber, ¿ qué sentido tenía vivir en este mundo, si tenía que renunciar a lo que más quería, a algo por lo que hubiera dado la vida a la menor opurtunidad? Sin mi ángel bendito, la existencia en la tierra iba a ser un infierno y prefería morir, adentrarme en lo desconocido, en un lugar donde se sufre infinitamente menos de lo que yo sufría sin él. Mientras mi ángel amado gritaba mi nombre y mi corazón quedaba apresado en el frío; me alejé lentamente de él, casi disfrutando del sabor de la locura. Ya nada importaba. Irónicamente me dí cuenta de que la gente piensa que el amor es muy bonito, y en cierto modo tienen razón, pero no todos saben lo que se siente cuando te lo arrebatan. No pude evitar que una fría lágrima se deslizase por mi mejilla cuando pensé en mi ángel por última vez antes de aferrarle la mano a la muerte e irme con ella entre la penumbra que nos ofrecía la espesa niebla.
Hoy solo quiero sonreír 

¿Porqué?

¿Por qué esperar un cambio que nunca llega? ¿Por qué mirar al horizonte esperando a qué aparezca lo que ansías desde hace años?  ¿Por qué no luchar hasta que la motivación duela y parezca un inconveniente?
Porque parece más difícil. Porque no hay esperanza. Porque no hay constancia. Porque estás sólo.
Pero si miras a tu alrededor verás que tus temores se basaban en conjeturas, que el amor, si es amor, siempre te esperará, que no tenemos barreras, que nos las ponemos nosotros, que el cielo es azul y las obviedades ayudan.
Verás también que si sonríes, todo duele menos y esta pintado de colores. Sólo abre los ojos y mira el mundo desde otra perspectiva.

Sin razón aparente


Me faltan estrellas para contar, paisajes para disfrutar, algo importante de lo que hablar... Cuando te sientes vacía por dentro, no tienes nada por lo que reír ni nada por lo que llorar. Sólo te quedas sentada en una silla, con la expresión ausente, escaneando tu pasado con la intención de recordar cómo llegaste a esta situación tan triste y penosa. Y es en ese justo momento cuando de tus brumosos recuerdos aparece una luz que te indica lo que estabas buscando y que quizás no deberías haber recordado. Aparece ÉL. Ahí es cuando percibes que es mejor quedarte sentada en la silla, medio ausente, sola y triste; antes que revivir ese dolor que en su momento te rompió el corazón y si no consigues ocultar tras una cortina de humo, no olvidarás nunca.

Y no tiene explicación.

Porque cuando eramos pequeñitos creíamos que conocíamos lo que siginificaba el amor:
El amor era quererse. Y en términos más complejos casarse, y tener niños, y vivir siempre juntos.
Pero ahora más conscientes de la realidad, sabemos que el amor no se puede explicar, dibujar, o cuantificar, por que el amor es un sentimiento que comparten dos personas, que no puedes decir que tu sólo sabes lo qué es el amor, porque es algo tan abstracto que cada uno lo disfruta a su nivel.
Y solo quiero escapar, ver el mundo, poderme reír como una loca sin tener miedo a el qué dirán. Porque yo soy dueña de mi vida y la sociedad no me domina, porque en realidad nadie puede controlarnos. No tenemos porque seguir caminos impuestos, sino ir trazando el nuestro propio a cada pasito que nos mueve hacia adelante. Porque es pura inocencia lo que hay en mis venas y nadie me puede derruir mi castillo de sueños si no consiguen acceder a él. Porque en nuestro mundo, mandamos nosotras.
Nadie deja de lado los recuerdos. Cada lágrima es un recuerdo inolvidable. Cada sonrisa es una marca indiscutible. Cada salto de corazón es una cicatriz imborrable. Porque, en realidad, no hay tal cosa como el dejar ir, sólo seguir adelante.